Una buena ruta de turismo 'shoppero' exige algunas normas y no pocas concesiones.
1. Olvidarse de las tiendas que existan en casa. No tiene sentido entrar al Zara de Tokio más que para ver los precios y a las japonesas en acción, aunque hay casi lo mismo en casa. En cambio, si puede tener su lógica comprobar a cuánto sale el Custo o el éxito de Sybilla.
2. Buscar la especificidad. En estos tiempos de globalización (que se traduce en una uniformidad galopante), nada tiene más gracia que encontrar lo único, lo irrepetible, lo especial... Buscar siempre las tiendas locales y disfrutarlas.
3. Documentarse. Pedir consejo a los locales y reiterar que no queremos artículos de lujo, que suelen ser absolutamente iguales en todas partes y sólo son más asequibles en sus lugares de origen. Ej: Burberrys tiene sentido en Londres, pero no en París. Y Versace es igual de hortera en todas partes.
4. Concentrarse. Huir de los grandes almacenes, excepto algunos seleccionados.
5. Sentido del humor. Pese a todo es muy probable que se acabe con algo de otra parte. ¿Quién no tiene una bonita camiseta made in Spain comprada en el culo del mundo?
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