28 diciembre 2005

Hablando de rituales

Amsterdam, en modo shopping, tiene algunos detalles curiosos. Al margen de bulbos de tulipanes (grandes ofertas en el Flower Market), toda la parafernalia de souvenires varios y las tiendas de los museos (que han tenido el buen gusto de agrupar en la esplanada mientras duren las obras del Rijksmuseum), la ciudad acoge algunas sorpresas. Por ejemplo, zapatos. Es una de las ciudades europeas del norte con mejor surtido. Básicamente, son dos calles y unos grandes almacenes. Y si me apurais, una: Kalvestrasse, donde hay un poco de todo, a precio razonable. Hay que hacerla toda, desde el Damm hasta el mercado de las flores. En una de las callejuelas, está The Laundry, que es una de las pocas tiendas donde encontrareis ropa de hombre y de mujer de Viktor and Rolf y algo más de marcas. El resto, correcto, pero sin estridencias. Y un hallazgo, Rituals, una perfumería para personas y casas, con algo tan estupendo como las toallitas de los chinos perfumadas. Acaban de abrir tienda en Barcelona: Santa Anna con Canuda.
Los grandes almacenes son, por supuesto, The Bijenkorf. Estupenda tienda de chocolates en la planta baja y la sección de perfumería. La ropa no mata.
Mucho más divertidas son las tiendas de decoración, con una espectacular en Raadhuistraat, que hace esquina un poco más allá de la tienda Apple. Y luego por la parte del Rembranthuis. Pequeñas tiendas, con mucha gracias y artículos muy originales.
La perla, sin embargo, es Zinne&Minne (www.zinneminne.com), en Wolvenstraat 14. La tienda la montó Inez Reijbroek, una psicóloga muy simpática y muy guapa, con el sano propósito de vender artículos relacionados con el sexo, pero con gusto y para mujeres. Está concebida más como una tienda de lencería que como un sexshop. ¿Y qué hay? Pues aceites para masajes, lencería de caramelo y sedas varias, bisutería, estimuladores ocultos, patitos de goma con truco, manuales para practicar, sugerentes geles y mucho humor. El socio, sin embargo, hay que ponerlo o buscarlo entre las bicis... En Barcelona ha abierto algún sucedáneo, alguno incluso en la Rambla Catalunya, pero la verdad, no es lo mismo...

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