22 junio 2006

(Me) he comprado unos manolos


Sí, unos zapatos Manolo Blahnik, de ésos que aparecen en la serie Sexo en Nueva York.

Y el "me" va entre paréntesis porque aunque apoquinó una servidora no serán mis pies los que los luzcan (aunque eran de mi número). Y es que era un encargo, un peculiar e inesperado encargo.

Yo pasaba por Madrid, que es dónde tiene la sucursal en España este señor, y mi hotel estaba al lado de su tiendecita, ubicada en un pasaje en la comercial calle Serrano (nº 58 para más señas), así que recibí el recado.

Y allá que nos fuimos una amiga y yo, con un listado de modelos naranjas a escoger el más bonito y cumplir con la misión. La amable señorita nos sacó un ejemplar de cada modelo y nos los dio a probar, acompañándolos de ¡¡una almohadilla de terciopelo rojo!!

Por las malditas prisas ni siquiera pude sucumbir a la tentación de calzármelos y sentirme como Cenicienta pero con zapato de cristal trocado en piel naranja. Así que sobre el cojín de cuento posaron los cuatro modelos y de entre ellos salió el elegido: una original sandalia de tacón en piel de serpiente naranja.

Me preguntan qué sentí comprándo(me) unos zapatos de más de 600 €. La verdad es que fue raro pues no pagué en metálico sino con la tarjeta y digamos que no vi la magnitud de la compra hasta que no me fue reembolsado el importe. Sí, otra cosa es cuando miras el extracto de cuenta...

Por lo demás fue toda una experiencia. Eso sí, me quedo con la espinita clavada por no haberme probado un ejemplar y haber posado mi pie sobre un cojín de terciopelo rojo. Creo que me desquitaré en mi siguiente visita a Madrid.

1 comentario:

Doctor Jones dijo...

Yo si quieres te regalo unos Bartholo Blahnik que he visto en la calle Trafalgar, una pasadita de aerógrafo color naranja-PVC-cancerígeno y a lucir, no tanto "Sexo en Nueva York", sino más bien "Lujuria etílica en Benidorm". Todo este derroche de emociones por sólo 20€ + los 60€ del viaje en autocar a Benidorm + botella de 3 litros de aceite de garrafón y regalo sorpresa de nuestro patrocinador.

Eso sí, el cojín me lo puedo permitir, incluso en rojo y con flecos dorados...

Jones.