
Fue una época estupenda para la marca, porque todavía no estaba hasta en la sopa, los precios no se habían disparado y no corrías el riesgo de verte la misma camiseta dos mesas más allá. Creo que llegué a tener seis camisetas a la vez del amigo.
Hoy, me lo sigo mirando y a veces encuentro algo que está bien, pero me pasa un poco como con algunos hombres que fueron muy deseables y han perdido parte de su atractivo: ya no es lo mismo.
Pues bien, en este ejercicio de suplantación de los amores perdidos, me estoy pasando a Jordi Labanda. El diseñador uruguayo afincado en Barcelona acaba de abrir una tienda con todos sus productos. Está en Rosselló, entre Paseo de Gràcia y Rambla Catalunya, y es un espacio de lo más agradable.
Tienen todas las camisetas, pero también ese tipo de ropa arregladita pero muy moderna que parece lista para un coctel. Trajes chaqueta, vestidos de fiesta y alguna camisa de lazo muy chic. No perderse los botones, con el diseño de una de las niñas con moño de la casa, ni los envoltorios con papel de seda y bolsas de papel. Son esos detalles que hacen un flechazo.
Update (2010): Sniff, sniff. Lo cerraron. Ahora es una tienda de zapatos que se llama Vaga Falena y que vivía antes en el Paseo Sant Joan. Muy recomendable, pero el ilustrador de La Vanguardia se ha dejado las libretas en las papelerías.
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